domingo, 1 de diciembre de 2013

HUEVOS A SANTA CLARA

Toda novia teme que el día de su boda esté pasada por agua, ya que todas deseamos que ese día brille inmensamente el sol.
A mí me hizo un día esplendido y eso que un amigo que es medio brujillo me dijo que me llovería , pero debe ser que ese día no acertó 😅😁 menos mal!!! porque estuve todo el año pensando en ello...
Es tanto el temor que tenemos todas las novias a la lluvía que muchas creyentes se deciden a llevar los huevos a Santa Clara para pedirla que ese día no llueva.

¿Quieres saber más sobre esta tradición?

Antiguamente, la novia para asegurarse de que el día de su boda luciría el sol, solía llevar una docena de huevos a un convento de clarisas.
Las bodas, antiguamente se celebraban casi siempre al aire libre, por lo que contar con buen tiempo el día de la boda, era casi fundamental.
Además, la presencia de eventos meteorológicos ajenos a lo que se consideraba buen tiempo estaban penados con una terrible carga supersticiosa.
Hoy sabemos que la superstición es un vano presagio sobre cosas fortuitas, pero hace siglos, la presencia de lluvia en una boda se tenía como augurio de desgracias para la nueva familia, que harían llorar a la novia para siempre.
Otras veces los augurios iban dirigidos hacia la novia en virtud de ser vaga, sucia o madre de multitud de niños. Por lo que esto era lo que hacía que la encargada de llevar los huevos a Santa Clara fuera la novia.
La novia en cuestión debía llevar una docena de huevos al monasterio de clarisas franciscanas más cercano y encargar a las religiosas que pidieran expresamente a Santa Clara que hiciese buen tiempo.




Casi veinticinco años después, en 1993, año del octavo centenario del nacimiento de la Santa de Asís, la tradición ya había cambiado bastante. Eran muy raras las ofrendas de sólo una docena de huevos. Varios conventos de clarisas se habían cerrado por falta de vocaciones juveniles, pero la costumbre se había revitalizado.
 Las docenas de huevos empezaron a entregarse en muchos casos a los centros benéficos de caridad más próximos al oferente, atendidos por otras instituciones religiosas.
 Con frecuencia ya no se visitaba a las monjas, sino que se les comunicaba la fecha en que se deseaba la encomienda del buen tiempo y se les hacía llegar una limosna como compensación de las claras.
Cuando estos encargos telefónicos, telegráficos o epistolares venían de muy lejos, las propias clarisas sugerían que la ofrenda de huevos, o su importe, fuera entregada a los pobres.
Hoy en día también las monjas hacen dulces con los huevos que los futuros novios traen y que luego venden para luego las ganancias llevárselas a los pobres, orfanatos y gente necesitada.

Yo apesar de considerarme creyente y de estar con el temor de que quizás me podría llover en la boda , no llevé lo huevos a Santa Clara!😅

AUN ASÍ SI HUVIESE LLOVIDO QUE LE VAMOS A HACER!! CREEREMOS EN EL DICHO:NOVIA MOJADA , NOVIA AFORTUNADA!😁

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